Una de las mudanzas improvisadas. Para evitar bajar y subir por el garaje que comunica los bloques, basta una cuerda para adelantar el proceso. Muchas familias llevan más de un año con las maletas hechas esperando el desahucio y sin saber dónde ir.
Elena, una de las más jóvenes del grupo, observa emocionada, a toda la gente que ha venido a apoyar la acción. “Nadie sabe qué pasará, pero después de 3 años en el paro, la desesperación y la sensación de injusticia, te lleva a tomar decisiones que nunca hubieras pensado”.
Cada cual ha comprado su cerradura nueva. La comisión de mantenimiento se ha encargado de instalarlas.
Pancho tiene que estar enchufado a su máquina de oxígeno 20 horas al día. Dos ventiladores alivian un poco el sofocante calor de la tarde. Muestra orgulloso sus fotos con los Cantores de Híspalis, con los que trabajó más de 30 años.
Los vecinos del bloque 2 celebran una asamblea en el portal para resolver los muchos problemas y dudas, que van surgiendo. Hay que ordenar las guardias en el portal, la limpieza de la escalera, buscar cocinas de gas y colchones para quien aún no tiene y conseguir comida y agua para todos.
María es una de las mujeres que ha asumido la responsabilidad de manejar el fondo común.
Una de las maletas con los enseres personales metidos a la ligera. Fotos, arroz, lentejas, un boleto de primitiva, medicinas, zapatos, una naranja, un abanico, …
Ana conversa con Manuela, mientras bajan la escalera, camino a otra de las asambleas de cada tarde.
Hoy han cortado la luz, por lo que las linternas y las velas son habituales en todos los pisos.
Pequeño altar casero. Daniel se ha encomendado a todos sus santos y vírgenes y ni aún así ha podido evitar el desahucio. “Te sientes engañado, robado, estafado e impotente“.
Pancho, en uno de los pocos ratos que se desconecta de la máquina de oxígeno, con su cigarro, su perro y el abanico cerca.
En la pared del piso del que los han desahuciado van quedando los adornos más prescindibles.
Los reclamos realizados mediante el blog de la Corrala y otras asociaciones colaboradoras, están empezando a dar sus frutos. Llegan los primeros muebles y electrodomésticos para repartir.
A pesar de todos los inconvenientes, los vecinos siguen convencidos de que se quedarán. Hoy, todos ayudan a subir los muebles del bloque 1, 2º B.
Juani, Rebeca y Yeni, matan el tiempo como pueden. Los pisos vacíos y sin muebles, aún son incómodos y fríos. “Necesitamos salir, juntarnos en la calle y hablar de todo lo que nos está pasando. Es una sensación de incertidumbre permanente y necesitamos desahogarnos”.
Hoy han aumentado los problemas: han cortado el agua. Y corren rumores sin confirmar, de que los Servicios Sociales pueden venir a retirar a los niños, al estar en un inmueble sin luz ni agua.
Algunas de las vecinas y vecinos escuchan, visiblemente nerviosos, las últimas noticias sobre la posibilidad de recuperar la luz y un posible corte del agua.
Desi, componente del equipo de relaciones exteriores, informa al resto de vecinos, de la última reunión mantenida con el defensor del pueblo durante la mañana y de la respuesta del ayuntamiento por el corte de luz.
Lidia, otra de las vecinas, abraza a Alexis mientras su hija le pide que le deje darle un beso.
Hoy Vanesa ha invitado a Iván y Enrique a tomar café. La conversación es siempre la misma.
Toñi y Ana, escuchan atentas la discusión durante una de las asambleas de la Corrala.
Garbanzos, lentejas y arroz, preparadas para el reparto en diferentes montones. Las han traído una organización religiosa.
Vanesa, al frente de una de las protestas frente al Parlamento de Andalucía, organizada por la Corrala, para exigir una vivienda digna.
Un joven juega con su Play Station. Cuando se acaba la batería suelen acudir a alguno de los bares cercanos o esperan hasta volver a la casa de los abuelos.
Fran y Carmen, protestan frente al ayuntamiento de Sevilla, protegido por la policía, mientras en el interior se discute su problema en el pleno.
Un grupo de niñas, encantadas con sus casas nuevas, juegan en la calle.
Carmen Piedad, Zacarías, Ricardo y Grecia en pleno almuerzo. Hoy la abuela ha cocinado sopa de espinacas y carne de ternera en salsa con acompañamiento de arroz.
Ana, Daniel y Daniela, de 6 meses, llevan esperando un año la carta de desahucio.
“Es una situación insoportable“. Lo único que se han traído de momento es la cuna y el carrito del bebé.
Mari, cansada entre las cajas de la mudanza que acaba de hacer desde su piso desahuciado. Fuman todas las mujeres del edificio excepto tres.
Hoy, Antonia, está haciendo un puchero de lentejas para todo el bloque en su pequeña hornilla de gas.
Ana le da el pecho a su pequeña Daniela en la calle, mientras conversan con Juani y otras vecinas.
De los balcones de la Corrala cuelgan botellas vacías en protesta por el corte de agua que sufren desde hace un mes.